No es en vano que entiendo a los que buscan un camino.¡Qué arduamente busqué el mío! Y cómo busco hoy con ansia y aspereza mi mejor modo de ser, mi atajo, ya que no me atrevo a hablar más de camino. Yo, que lo había querido. El camino, con mayúscula, hoy me aferro ferozmente a la búsqueda de un modo de andar, de un paso seguro. Pero el atajo con sombras refrescantes y reflejo de luz entre los árboles, el atajo donde yo sea finalmente yo, no lo encontré. Pero algo sé: mi camino no soy yo, es otro, es los otros. Cuando pueda sentir plenamente al otro, estaré salvada y pensaré: he aquí mi puerto de llegada.
sábado, 11 de septiembre de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Qué grande Clarice Lispector, mi estimada Jules. Maravillosa su narrativa.
ResponderEliminarUn abrazo bajo la lluvia
que lindo.. yo pienso mucho en poder dejar de mirar el camino y ver más mi modo de andar, y voy pensando con mayor asiduidad que este último es lo que en verdad importa
ResponderEliminarMarichú: Clarizinha es genial. Da siempre en la tecla justa. Abrazo!
ResponderEliminarJuliana: el camino, el modo de andar..qué temitas...
gracias, juli. además me hace pensar en el ensimismamiento, algo que a veces nos envuelve y aleja de una misma. un abrazo de bruma. k.
ResponderEliminar