En marzo de 1930, Lorca salió de Nueva York en tren con rumbo a Miami,
donde se embarcó para Cuba. Antes de su llegada, su visión de la isla
era, según él mismo reconoció, puramente pintoresca; al pensar en el
paisaje cubano y en el tono poético de la isla, recordaba las
deliciosas litografías de las cajas de habanos que había visto de niño.
Entre el 7 de marzo y el 12 de junio de 1930 (fechas de su estancia en
Cuba) vivió unos días intensos y alegres. Dio una serie de
conferencias, con enorme éxito, en la Institución Hispano-Cubana de
Cultura. Exploró la cultura y la música afrocubanas y compuso un son
basado en los ritmos de los negros.
SON DE NEGROS EN CUBA
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