"...pero sobretodo caminar por el Rosedal. Rara vez arrancaba una flor, pero las aspiraba e iba identificando en cada perfume una especie diferente. Cada vez que abandonaba el jardín tenía el deseo inmediato de regresa a él, como si hubiera olvidado algo. Varias veces lo hizo, pero siempre se retiraba con la impresión de un paseo imperfecto..."
Julio Ramón Ribeyro (Lima, 31 de agosto de 1929 - Lima, 4 de diciembre de 1994)
Obras
miércoles, 11 de noviembre de 2009
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Jules
ResponderEliminarNo conozco este libro; del autor algo sé
Se antoja esa caminata
Nuestro Ribeyro fue un gran cuentista. Lamentablemente su figura fue eclipsada por escritores de la talla de Vargas Llosa y Bryce.
ResponderEliminarDe a pocos se le ha ido conociendo en otros países.
Vale la pena también leer sus Prosas apátridas y su libro de memorias La tentación del fracaso.
Un saludo,
R.
Gracias por las sugerencias, veré de conseguirlos. No sé si por acá estarán sus libros.
ResponderEliminarConocí a Ribeyro gracias a una amiga limeña que anduvo de visitas por Rosario...
Saludos!