miércoles, 13 de enero de 2010

Amor al mar. Las caracolas de Neruda.












Cuando salí a los mares fui infinito



















Hay algo denso, unido, sentado en el fondo,

repitiendo su número, su señal idéntica.
Cómo se nota que las piedras han tocado el tiempo,
en su fina materia hay olor a edad,
y el agua que trae el mar, de sal y sueño.


La vida en ti palpó piedras nocturnas,
retrocedió cuando llegó a la herida,
avanzó con escudos y diademas,
extendió dentaduras transparentes,
acumuló la guerra en su barriga.
Lo que formó la oscuridad quebrada
por la substancia fría del relámpago,
Océano, en tu vida está viviendo.








Hay que conocer ciertas piedras

llenas de rayos y secretos







Se derramó el cristal
inesperado
y crecieron
y se multiplicaron
los numerosos
verdes






Ser y no ser aquí se amalgamaron
en radiantes y hambrientas estructuras:
arde la vida y sale
a pasear un relámpago la muerte.
Yo sólo soy testigo
de la electricidad y la hermosura
que llenan el sosiego devorante.


Son los senos de las sirenas

las redondescas caracolas?

O son olas petrificadas
o juego inmóvil de la espuma?



El esplendor de estos libros, la gloria oceánica de estas caracolas, cuanto conseguí a lo largo de la vida, a pesar de la pobreza y en el ejercicio constante del trabajo, lo entrego a la Universidad, es decir, la doy a todos.


Fragmento del discurso de Pablo Neruda al donar su biblioteca y colección malacológica a la Universidad de Chile.



http://cvc.cervantes.es/literatura/caracolas_neruda/default.htm




Amar el mar es como amar a una mujer.
Es tan bello y peligroso como cualquiera de ellas.

[Jacques Cousteau]

2 comentarios:

  1. Jules

    No sé que me gustó más: los versos o las caracolas. Preciosidades.

    Un saludo con frío (a las seis de la mañana)

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  2. Vió? Tesoros encontrados...en el fondo del mar.

    Saludos marinos.

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