No es en vano que entiendo a los que buscan un camino.¡Qué arduamente busqué el mío! Y cómo busco hoy con ansia y aspereza mi mejor modo de ser, mi atajo, ya que no me atrevo a hablar más de camino. Yo, que lo había querido. El camino, con mayúscula, hoy me aferro ferozmente a la búsqueda de un modo de andar, de un paso seguro. Pero el atajo con sombras refrescantes y reflejo de luz entre los árboles, el atajo donde yo sea finalmente yo, no lo encontré. Pero algo sé: mi camino no soy yo, es otro, es los otros. Cuando pueda sentir plenamente al otro, estaré salvada y pensaré: he aquí mi puerto de llegada.

Qué grande Clarice Lispector, mi estimada Jules. Maravillosa su narrativa.
ResponderEliminarUn abrazo bajo la lluvia
que lindo.. yo pienso mucho en poder dejar de mirar el camino y ver más mi modo de andar, y voy pensando con mayor asiduidad que este último es lo que en verdad importa
ResponderEliminarMarichú: Clarizinha es genial. Da siempre en la tecla justa. Abrazo!
ResponderEliminarJuliana: el camino, el modo de andar..qué temitas...
gracias, juli. además me hace pensar en el ensimismamiento, algo que a veces nos envuelve y aleja de una misma. un abrazo de bruma. k.
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