lunes, 30 de noviembre de 2009

MA 5

Susurrando..



muñecoteca...


grabando..



vagón bibliofabulero..


galpón..



con Renzi..



Je pouvais les regarder durant des heures...


Fiesta!


viernes, 27 de noviembre de 2009

Nos vamos a la Muestra ooo ooOO OOOO !!




La Muestra Ambulante es una experiencia colectiva que reúne diferentes lenguajes del arte. Músicos, pintores, bailarines, actores, poetas, jugueteros, grabadores, fotógrafos y otros creadores realizan actividades en las calles del barrio, las veredas, los comercios y las casas de los vecinos. Es una invitación a sorprenderse.

jueves, 26 de noviembre de 2009

Grande Sertão: Veredas - Guimarães Rosa


Parte 1 - Grande Sertão: Veredas - Maria Bethânia
Parte 2 - Grande Sertão: Veredas - Maria Bethânia

Mar de Sophia

Sophia de Mello Breyner Andresen: Navegações

"Para mim o tema das Navegações não é apenas o feito, a gesta, mas fundamentalmente o olhar, aquilo a que os gregos chamavam aletheia, a desocultação, o descobrimento. Aquele olhar que às vezes está pintado à proa dos barcos."



«Navegações» é o décimo primeiro livro de poesia de Sophia de Mello Breyner Andresen - a primeira edição foi publicada, em 1983, pela Imprensa Nacional Casa da Moeda. Os poemas que o integram surgem na sequência de um convite, endereçado pelo Conselho da Revolução, para a participação na Celebração do Dia de Camões, em Macau (1977).



Nessa primeira viagem que faz ao Oriente, Sophia deslumbra-se com a beleza, as cores e a cultura daquelas paradisíacas paragens. No discurso proferido aquando da entrega do Prémio do Centro Português da Associação de Críticos Literários (1984), Sophia recorda as primeiras impressões que teve daquele território, ainda a bordo do avião, em pleno voo sobre o Vietname: "Pensei naqueles que ali chegaram sem aviso prévio, sem mapas, ou relatos, ou desenhos ou fotografias que os prevenissem do que iam ver. Escrevi os primeiros poemas simultaneamente a partir da minha imaginação, desse primeiro olhar, e a partir do meu próprio maravilhamento."




La Gioconda de las Pampas


Victoria Ocampo en fotografías es principalmente un libro de imágenes de la fundadora de la revista Sur. Integran el libro de Sara Facio fotografías de Victoria Ocampo desde su niñez, las que podrían integrar un álbum familiar hasta su ancianidad.

Victoria Ocampo tuvo una gran personalidad y su obra en la revista Sur que se publicó regularmente entre 1931 y 1970 y su legado a la cultura argentina la definen. Victoria Ocampo financió la revista Sur con su propia fortuna personal y sus primeros colaboradores procedieron de su círculo de amistades. Sara Facio reunió en este libro además de fotografías, textos de Victoria Ocampo y también diálogos que Sara mantuvo con Ocampo.


Dice Sara Facio: "De Victoria Ocampo, a quien tuve el privilegio de conocer desde 1958, se han publicado cinco tomos de su Autobiografía y diez tomos de sus Testimonios que permiten conocerla como el mejor de los estudios.


En esas obras está su trayectoria como escritora, ensayista, editora, traductora, crítica de acontecimientos culturales y relatos históricos de la Argentina de los siglos XIX y XX. De ellos están tomados los datos precisos, fechas de viajes y de acontecimientos de carácter social y cultural.


Sin embargo, en Victoria Ocampo en fotografías no se estudia ni se valora su obra literaria. Ponemos énfasis en la devoción de Victoria Ocampo por el teatro, el cine, el diseño, la arquitectura, la fotografía. Un rescate de su relación con los lugares que frecuentó y de familiares y amigos que fotografió en esos ámbitos. Este volumen pretende ser una galería de las mejores fotos de Victoria Ocampo a lo largo de toda su vida".

Muestra de Grabados: Juli Warman

miércoles, 25 de noviembre de 2009

Presidentes



http://www.presidentestv.com.ar/sinopsis.htm


martes, 24 de noviembre de 2009

Pasajera en trance



el viejo truco de andar por la sombra...


lunes, 23 de noviembre de 2009

Viajeros extraviados y criaturas de mundos perdidos: Beatriz Actis

Beatriz Actis nació en Sunchales en 1961 y, tras vivir muchos años en la ciudad de Santa Fe, reside en Rosario. Es profesora en Letras (Universidad Nacional del Litoral). Dirige en la editorial Homo Sapiens la colección de literatura para niños “La Flor de la Canela”. Actualmente integra el Programa de Escritores del Plan Nacional de Lectura (Buenos Aires, Ministerio de Educación de la Nación).


Es autora de los libros de cuentos Viajeros extraviados (Premio Fondo Nacional de las Artes, 1999), Todo lo que late (Premio Municipal de Córdoba, 2005) y Lisboa (Premio Ciudad de Rosario, 2009); de la novela Cruces cierran los campos (Premio Rejadorada, España, 2005) y del libro de poemas Sin cuerpo no habrá crimen (2004).




“Verano europeo” de Viajeros extraviados (2000).
http://www.sonidosderosario.com.ar/salon-de-lectura-actis.htm


En literatura infantil publicó, entre otros, los libros de cuentos Historias de fantasmas, bichos y aventureros (2004) y Para alegrar al cartero y otros cuentos (2004) y la novela Alrededor de las fogatas (Premio La Movida, 1999). En el campo pedagógico y didáctico ha publicado Literatura y escuela (1998), ¿Qué, cómo y para qué leer? (2002), Taller de Lengua (2003), Cómo elaborar Proyectos Institucionales de Lectura (2005), Cómo promover la lectura (2006) y Lecturas, familias y escuelas. Hacia una comunidad de lectores y escritores (2008).

Anclao en Paris




EN TUS BRAZOS



http://www.entusbrazos.fr/

ASÍ SE BAILA EL TANGO!!!!


domingo, 22 de noviembre de 2009

Padam...padam...padam...

Des "je t'aime" de quatorze-juillet...



Un jour cet air me rendra folle
Cent fois j'ai voulu dire pourquoi
Mais il m'a coupé la parole
Il parle toujours avant moi
Et sa voix couvre ma voix


sábado, 21 de noviembre de 2009

Evo



Parte 2

Parte 3

Parte 4

Rainha do Fado: Amália Rodrigues

El fado es la expresión más conocida internacionalmente de la música portuguesa reconocida mundialmente. En el fado se expresan los malos momentos de la vida a través del canto. Los temas más cantados en el fado son la melancolía, la nostalgia o pequeñas historias del diario vivir de los barrios humildes; pero especialmente la frustración y fatalismo.

Una de las mejores definiciones de fado nos la ofrece la propia Amália Rodrígues (1920-1999), considerada la mejor exponente de este género musical, en su canción Todo esto es fado:

"Amor, celos,
ceniza y fuego,
dolor y pecado.

Todo esto existe;
todo esto es triste;
todo esto es fado".

viernes, 20 de noviembre de 2009

jueves, 19 de noviembre de 2009

São João: Foguete



Tantas vezes eu soltei foguete
Imaginando que você já vinha
Ficava cá no meu canto calada
Ouvindo a barulheira
Que a saudade tinha
É como diz João Cabral de Mello Neto
Um galo sozinho não tece uma manhã
Senti na pele a mão do teu afeto
Quando escutei o canto de acauã
A brisa veio feito cana mole
Doce, me roubou um beijo
Flor de querer bem
Tanta lembrança este carinho trouxe
Um beijo vale pelo que contei

Tantas vezes eu soltei foguete
Imaginando que você já vinha
Ficava cá no meu canto calada
Ouvindo a barulheira
Que a saudade tinha
Tirei a renda da naftalina
Forrei cama, cobri mesa
E fiz uma cortina
Varri a casa com vassoura fina
Armei a rede na varanda
Enfeitada com bonina
Você chegou no amiudar do dia
Eu nunca mais senti tanta alegria
Se eu soubesse soltava foguete
Acendia uma fogueira
E enchia o céu de balão
Nosso amor é tão bonito, tão sincero
Feito festa de São João


martes, 17 de noviembre de 2009

Sim: Clarice Lispector


"Eu disse a uma amiga:


-A vida sempre superexigiu de mim.

Ela disse:


-Mas lembre-se de que vocé também superexige da vida.

Sim."


"Que n
ão esqueça que a subida mais escarpada e mais à mercê dos ventos é sorrir de alegria"


Ai Ai saudade

Ai Ai saudade...

saudade dela,

ela se foi ... saudade,

fiquei sem ela...



viernes, 13 de noviembre de 2009

Como la orquídea y la avispa [G. Deleuze]

“ Nadie sabe lo que puede un cuerpo” es la frase de Spinoza que Deleuze repite en sus escritos. Si un cuerpo no se define por su pertenencia a una especie, sino por los afectos de los que es capaz, por el grado de su potencia, por los límites móviles de su territorio, entonces no se puede saber lo que puede un cuerpo antes de la experiencia. Por supuesto que hay algunos encuentros de los que podemos afirmar, con toda seguridad, que serán fatales (la ingestión de determinadas sustancias, el choque con determinados cuerpos), pero para el resto de posibilidades que el azar nos ofrece no podemos saber qué pasará.

Nuestra única orientación ha de ser una preparación a la experimentación. Y esta preparación consiste en no ser imitativos, en no juzgar, en no interpretar mediante las categorías generales de lo que está bien o mal; esto es, se trata de no reducir la experiencia a lo que se nos da socialmente como ya conocido. Puesto que no sabemos qué puede nuestro cuerpo, de qué afectos es capaz, hasta dónde puede llegar nuestro territorio, hay que probar.

Probar consiste en no juzgar a los existentes sino en sentir si nos convienen o no, si nos aportan fuerzas vitales que ampliarán nuestra potencia o, por el contrario, si nos llevan a la miseria y a la pobreza. Lo que nos conviene puede ser reconocido por dos características: crecimiento y alegría. Ambas son indisolubles. Un crecimiento que no conduce a la alegría puede ocultar la imposición de un territorio que no es el nuestro (como el caballo de carreras convertido en caballo de labranza), Una alegría que no produce crecimiento puede estar larvada de triste resentimiento (la alegría del envidioso cuando ve que le van mal las cosas a aquel al que envidia).

Cuestión de amor y de odio, no de juicio. En el amor hay composición de un cuerpo con otro, hay devenir. El devenir es algo que sucede entre dos cosas que se encuentran, y eso que sucede no es del orden del reconocimiento ni del juicio, sino de la captura o el robo. A partir de lo que se es, del propio territorio se extraen partículas en contacto con lo que se deviene: el devenir es un proceso de deseo. En nuestros amores tenemos que ser como la orquídea y la avispa, nos dice Deleuze. La orquídea se ha dejado contagiar por la avispa, adoptando sus colores y sus formas, ha devenido avispa, no porque la orquídea quiera ser como la avispa, sino porque ha incorporado el movimiento de la avispa al suyo propio, de manera que ese devenir constituya el modo de atraer a la avispa, de formar una composición orquídea-avispa. A su vez la avispa se siente capturada por la orquídea, deviene orquídea, no porque la imita, sino porque se deja atrapar en su movimiento.

En la amistad, en el amor, tenemos algo en común con alguien. Pero no se trata de ideas comunes, sino más bien de signos prelingüísticos comunes, por lo que el acercamiento está impulsado por una cierta percepción de esos signos. A veces el otro hace un gesto con la mano al hablar, o se sienta a la mesa de una determinada manera, o sonríe de una forma particular: percibimos el gesto lleno de gracia infinita, como si estuviera tocando el centro mismo de la vida. Otras veces se trata de frases absolutamente insignificantes –como la manera de decir que se encuentra mal o la forma de referirse a sus familiares- y que, sin embrago, nos parecen llenas de encanto. En algunas ocasiones el encanto se percibe en los momentos en que una persona pierde un tornillo y nos muestra su vena particular, su locura. En todos esos momentos se percibe algo que nos conviene, que nos revela algo, que nos enseña algo. Y así nace la amistad, el amor, que nos hace exclamar “quiero que esta persona sea mía y yo espero ser suya”. Como la orquídea y la avispa.


El Deseo según Deleuze - Maite Larrauri

miércoles, 11 de noviembre de 2009

Gente Necesaria

Hay gente que con solo decir una palabra
enciende la ilusión y los rosales;
que con solo sonreír entre los ojos,
nos invita a viajar por otros mundos
y permite florecer todas las magias.

Hay gente que con solo dar la mano,
rompe la soledad, pone la mesa,
sirve el puchero, coloca las guirnaldas;
que con solo empuñar una guitarra
te regala una sinfonía de entrecasa.

Hay gente que con solo abrir la boca,
llega hasta los límites del alma,
alimenta una flor, inventa sueños,
hace cantar el vino en las tinajas.
Y se queda después como si nada.

Y uno se va de novio con la vida,
desterrando una muerte solitaria,
pues sabe que a la vuelta de la esquina,
hay gente que es así, tan necesaria.


Silvio en el Rosedal

"...pero sobretodo caminar por el Rosedal. Rara vez arrancaba una flor, pero las aspiraba e iba identificando en cada perfume una especie diferente. Cada vez que abandonaba el jardín tenía el deseo inmediato de regresa a él, como si hubiera olvidado algo. Varias veces lo hizo, pero siempre se retiraba con la impresión de un paseo imperfecto..."


Julio Ramón Ribeyro (Lima, 31 de agosto de 1929 - Lima, 4 de diciembre de 1994)

Obras


lunes, 9 de noviembre de 2009

sábado, 7 de noviembre de 2009

Grandes Mujeres

Angélica Gorodischer

Cesaria Evora: Cabo Verde y morna



A native of the island nation of Cape Verde, Césaria Évora is known as the country's foremost practitioner of the morna, which is strongly associated with the islands and combines West African percussion with Portuguese fados, Brazilian modhinas, and British sea shanties. Évora began singing morna at age 16 after meeting an attractive young guitarist. Her talent soon had her performing all over the islands, and in the late '60s two of her radio tapes were released as albums in the Netherlands and Portugal, respectively.

However, Évora never left her country, and gave up singing in the mid-'70s owing to lack of profit. In 1985, at the age of 45, she decided to return to music and traveled to Portugal to record two songs for an anthology of female Cape Verdean singers. This led to subsequent recording sessions in Paris, which resulted in four albums from 1988 to 1992. Her international fame grew, and she toured Europe, Africa, Brazil, and Canada, with stops in the United States to perform for Cape Verdean audiences. In the fall of 1995, she mounted her first large-scale American tour; subsequent recordings include 1997's Cabo Verde and 1999's Mar Azul and Cafe Atlantico.


viernes, 6 de noviembre de 2009

Lila Downs canta Paloma negra: IMPRESIONANTE



Ya me canso de llorar y no amanece

Ya no sé si maldecirte o por ti rezar

ya agarraste por tu cuenta la parraaaaaaaaaaaandaa!


Chavela Vargas, Frida y La llorona

Chabuca Granda

"Mi plácida niñez transcurrió en la quebrada de la Bajada de los Baños del Barranco,balneario sobre el Pacífico a ocho kilómetros de Lima.Un puentecito de madera reune sus dos barrancos.Voy a menudo. Jamás en él veo el recuerdo; siempre, como cuando niña, miro desde sus balaustres la vida por delante...curiosamente".





a Kris, limeña

Un bordador

Diego Pérez, de oficio bordador, murió quemado por la Inquisición en Lima. Huyendo de eso había salido de Madrid. En la calle de los bordadores, sólo uno se entero de su partida y fue a despedirlo llorando.

De cómo bordaba dan razón las sedas de la sala de juegos en el pabellón real de Aranjuez. Pálido testimonio, pues de aquella prodigiosa calle nada salió en los siglos, comparable a sus bordados.
Sólo alcanzaba quietud bordando. Llegó a Buenos Aires, no se atrevió a ofrecerse al virrey ni al obispo, trabajó para un talabartero. Pero sus manos no eran para eso. Volaban sobre seda o terciopelo. Dedicó sus horas libres a bordar un manto de la Virgen del Carmen que los ingleses se llevaron en 1806.

¿ Tenía mala suerte?

Era candoroso. Es difícil verlo como hereje. Su calvario empezó con una confidencia. Dijo a un colega que, de joven, él bordaba sus telas. Pero que en la actualidad no diferían bordante y bordado, al bordar se bordaba, el bordado lo bordaba y él al bordado.

El colega -aquel que llorando lo despidió- pensó en esto. Le pesó, pues lo admiraba.

En Lima reencontró la acusación. Gritó: ¡soy inocente! todo el tiempo. Lo quemaron.

Mientras barrían sus cenizas se apareció al Inquisidor, y a su colega, en la calle de bordadores. Lo vieron, luminoso, ondeando, como un pendón, las manos deformes por las agujas, negras por el fuego, echando rayos de luz por los clavos de Cristo. Las cacerías de gamo y las praderas que bordó lo recorrían.

Se esfumó, y sonriendo.

Sara Gallardo. El país del humo. 1977.

Genial Vic

miércoles, 4 de noviembre de 2009

Hay que ser realmente idiota para...


Instrucciones para leer este post:

1. Empiece por el texto, las palabras de aquí abajo. Lleve los ojos de izquierda a derecha (o como mejor se le de la lectura) con ganas, despacio, pero con ganas sinceras. Se sugiere ser leído en voz alta para una mejor empatía con el mismo.

2. Antes de comenzar (ni demasiado antes ni demasiado después) el reading ponga play en la 1º canción "C´est la Java", y ahora sí lea orquestado.

3. Una vez finalizada la lectura dediquese, ya en otro clima, a pulsar play en el 2º tema y disfrute de un tangazo/java interpretado por el Tata Cedrón y con letra del inefable.




"Hace años que me doy cuenta y no me importa, pero nunca se me ocurrió escribirlo porque la idiotez me parece un tema muy desagradable, especialmente si es el idiota quien lo expone. Puede que la palabra idiota sea demasiado rotunda, pero prefiero ponerla de entrada y calentita sobre el plato aunque los amigos la crean exagerada, en vez de emplear cualquier otra como tonto, lelo o retardado y que después los mismos amigos opinen que uno se ha quedado corto. En realidad no pasa nada grave pero ser idiota lo pone a uno completamente aparte, y aunque tiene sus cosas buenas es evidente que de a ratos hay como una nostalgia, un deseo de cruzar a la vereda de enfrente donde amigos y parientes están reunidos en una misma inteligencia y comprensión, y frotarse un poco contra ellos para sentir que no hay diferencia apreciable y que todo va benissimo. Lo triste es que todo va malissimo cuando uno es idiota, por ejemplo en el teatro, yo voy al teatro con mi mujer y algún amigo, hay un espectáculo de mimos checos o de bailarines tailandeses y es seguro que apenas empiece la función voy a encontrar que todo es una maravilla. Me divierto o me conmuevo enormemente, los diálogos o los gestos o las danzas me llegan como visiones sobrenaturales, aplaudo hasta romperme las manos y a veces me lloran los ojos o me río hasta el borde del pis, y en todo caso me alegro de vivir y de haber tenido la suerte de ir esa noche al teatro o al cine o a una exposición de cuadros, a cualquier sitio donde gentes extraordinarias están haciendo o mostrando cosas que jamás se habían imaginado antes, inventando un lugar de revelación y de encuentro, algo que lava de los momentos en que no ocurre nada más que lo que ocurre todo el tiempo. Y así estoy deslumbrado y tan contento que cuando llega el intervalo me levanto entusiasmado y sigo aplaudiendo a los actores, y le digo a mi mujer que los mimos checos son una maravilla y que la escena en que el pescador echa el anzuelo y se ve avanzar un pez fosforecente a media altura es absolutamente inaudita. Mi mujer también se ha divertido y ha aplaudido, pero de pronto me doy cuenta (ese instante tiene algo de herida, de agujero ronco y húmedo) que su diversión y sus aplausos no han sido como los míos, y además casi siempre hay con nosotros algún amigo que también se ha divertido y ha aplaudido pero nunca como yo, y también me doy cuenta de que está diciendo con suma sensatez e inteligencia que el espectáculo es bonito y que los actores no son malos, pero que desde luego no hay gran originalidad en las ideas, sin contar que los colores de los trajes son mediocres y la puesta en escena bastante adocenada y cosas y cosas. Cuando mi mujer o mi amigo dicen eso --lo dicen amablemente, sin ninguna agresividad-- yo comprendo que soy idiota, pero lo malo es que uno se ha olvidado cada vez que lo maravilla algo que pasa, de modo que la caída repentina en la idiotez le llega como al corcho que se ha pasado años en el sótano acompañando al vino de la botella y de golpe plop y un tirón y no es mas que corcho. Me gustaría defender a los mimos checos o a los bailarines tailandeses, porque me han parecido admirables y he sido tan feliz con ellos que las palabras inteligentes y sensatas de mis amigos o de mi mujer me duelen como por debajo de las uñas, y eso que comprendo perfectamente cuánta razón tienen y cómo el espectáculo no ha de ser tan bueno como a mí me parecía (pero en realidad a mí no me parecía que fuese bueno ni malo ni nada, sencillamente estaba transportado por lo que ocurría como idiota que soy, y me bastaba para salirme y andar por ahí donde me gusta andar cada vez que puedo, y puedo tan poco)..."

de La vuelta al día en 80 mundos.

más




c´est la Java de celui qui s´en va...