Este film, considerado el mejor documental europeo del 2004, empieza con la sombra de gigantescos aviones atravesando el lago Victoria, el lago tropical más grande del mundo. El ruido ensordecedor de los motores de los aviones de carga acompaña a los centenares de miles de pescadores que diariamente faenan entre redes las aguas del lago a la caza de la inmensa perca del Nilo. En los años 50 y casi clandestinamente, un funcionario colonial relacionado con el departamento de pesca, introdujo esta especie en el lago Victoria que resultó ser un gigantesco y voraz depredador. A lo largo de miles de años, los diferentes géneros de peces de las más de 300 especies endémicas de cíclidos catalogadas, se habían especializado en los diferentes nichos ecológicos del inmenso lago, muchos de ellos ciclando los detritos manteniendo el equilibrio natural y la salud de las aguas. Años después, la perca se ha multiplicado rápidamente, ha extinguido a más de 210 especies de cíclidos provocando la multiplicación de algas, la creciente eutrofización y la consiguiente anoxia en las profundidas del lago. Pero La pesadilla de Darwin no termina aquí; la perca se ha convertido en la especie más capturada, impulsando el florecimiento de una industria privada de procesado y comercialización de filetes destinados, exclusivamente, a la exportación hacia mercados extranjeros.
No es hasta que el espectador está completamente inmerso en el brutal expolio de las comunidades a las orillas del lago Victoria que Sauper empieza a estirar el hilo de la sorpresa deplorable que nos depara la segunda mitad del film. Mientras un pescador mira a su hijo cómo con los brazos extendidos imita el ruido de un motor de avión, comenta que se sentiría orgulloso que su hijo fuera uno de esos pilotos que transportan pescado a Europa. “Y podría traer muchas cosas de Europa... Podría traer... cosas.” La mirada perdida y el silencio interrogante a modo de respuesta. Las respuestas esquivas de los pilotos comerciales de la antigua Unión Soviética cuando se les pregunta qué mercancía descargan cuando aterrizan hace temer lo peor. Diariamente recogen los últimos cargamentos de filetes y, a cambio, descargan otras "mercancías" que pueden estar destinadas a las innumerables guerras del área central del continente africano.
No es hasta que el espectador está completamente inmerso en el brutal expolio de las comunidades a las orillas del lago Victoria que Sauper empieza a estirar el hilo de la sorpresa deplorable que nos depara la segunda mitad del film. Mientras un pescador mira a su hijo cómo con los brazos extendidos imita el ruido de un motor de avión, comenta que se sentiría orgulloso que su hijo fuera uno de esos pilotos que transportan pescado a Europa. “Y podría traer muchas cosas de Europa... Podría traer... cosas.” La mirada perdida y el silencio interrogante a modo de respuesta. Las respuestas esquivas de los pilotos comerciales de la antigua Unión Soviética cuando se les pregunta qué mercancía descargan cuando aterrizan hace temer lo peor. Diariamente recogen los últimos cargamentos de filetes y, a cambio, descargan otras "mercancías" que pueden estar destinadas a las innumerables guerras del área central del continente africano.
http://www.coop99.at/darwins-nightmare/
Ecelente blog Juli
ResponderEliminarMe vendiste la Peli!!
que Viva la Anarquía!
Enano sos una maza!!!!!!
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