Asumiendo el riesgo, Caparrós demuestra que su afán elefantiásico excede en El Interior lo anecdótico de la cantidad de páginas, para volverse la raíz de un ambicioso proyecto cuyo objetivo es plasmar un fresco de la Argentina. Un proyecto que piensa la crónica como cartografía sociocultural, como ejercicio muralista, como arqueología del presente (¿acaso la década del 90 no ha dejado tras de sí un tendal de ruinas?), y que en este primer tomo da cuenta de la mitad norte del país según un criterio de división geográfica que lejos está de ser simplemente arbitrario. “Este país se ha especializado en dividirse. Pero he dado con una división que me interesa: están por un lado, al norte de Buenos Aires, las regiones que crearon la Argentina; y, por el otro, al sur, las regiones que la Argentina creó”, escribe Caparrós al comienzo del libro. De ahí que él consigne que se podía ser misionero, salteño o cordobés antes que la idea de ser argentino existiese siquiera (lo que tal vez explica que el subtítulo del libro sea “La primera Argentina”), al tiempo que fundamenta su recorrido a partir de una premisa de rigor histórico, que se completará cuando explore la otra mitad del país en un nuevo volumen. “Las tierras que los argentinos –cuando ya lo eran– ocuparon para armar la Argentina”: la Patagonia y la Pampa.
http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/libros/10-2211-2006-08-27.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario