La mujer que amamos: Sara Gallardo

No es difícil enumerar razones para recomendarla a quienes no la han leído, reazones del corazón que otras razones y otros corazones bien puede compartir. Ahí van, desordenadamente, como los subrayados de una lectura febril, como los gestos que prodiga la pasión:

1.

Nadie que ame los viajes puede no amar los trenes. Y nadie que ame los trenes podrá dejar de extasiarse con 3 cuentos de trenes tan perfectos y diferentes como son: La gran noche de los trenes, Amor y Los trenes de los muertos.

2.
Las descripciones del paisaje de la pampa. Podrían envidiarselas Hudson, Sarmiento, Mansilla. La Pampa es en sus relatos un personaje más, interactuando de cuerpo y alma con el resto.

3.
Un lirismo como pocasveces puede encontrarse en la narrativa argentina. ¿ acaso en Sudeste, esa oda al río, al tiempo y al hombre que pasa, de Haroldo Conti?

4.
Esos haikus que no son haikus, incrustados como joyas raras en la joya tan simple de esa prosa tan rara:
Adios cisnes y garzas,
y flamencos.
Joyas del mundo, adiós.
6.
Sus galgos: Iban con ese trote que transformaba el terreno más penoso en una pista aérea (...) Los miraba y hubiera cantado.

7.
Su prosa: ... el viento volteaba el fuego con chasquidos de trapo. Salieron al amanecer. ¿Adónde vamos?

14.
Sus short short stories. Esa categoría creada por catedráticos gringos como para clasificar algunas inquietantes creaciones del guatemalteco Augusto Monterroso. Una categoría en la cual - como en todo- Sara Gallardo se destaca. Vaya una muestra. Breve breve. Se titula Un camalote. Y dice así:
Leyendo a Walter Scott se me ocurrió edificar un castillo frente al Paraná. Me hizo feliz con sus almenas, torres, puente levadizo. Un camalote trajo por el río a un tigre de la región del norte.
Mató a mi mujer y a mis tres hijos. Leyendo a Walter Scott: olvidé dónde estaba. Ya no lo olvidaré.

15.
Su libro de cuentos: El país del humo (1977), tan variado en temas, formas y extensiones, como parejo en calidad. Un libro a la altura de Ficciones de Borges, Bestiario de Cortázar, La Balada del álamo carolina de Haroldo Conti, Los oficios terrestres de Rodolfo Walsh, La señorita estrella de Juan José Hernández, Absurdos de Antonio di Benedetto o La Mayor de J. J. Saer.

28.
Esos poemas que emergen de golpe como islas en el mar de la prosa y nos revelan que también el mar es isla y la prosa poesía.
...
Máximo Vilcapugio. Rev. En Marcha nº49. Dic. 2004.

Obra de Sara

Novelas
* Enero (1958)
* Pantalones azules (1963)
* Los galgos, los galgos (1968)
* Eisejuaz (1971)
* La rosa en el viento (1979)

Libro de Cuentos
* El país del humo (Cuento, 1977)

Cuentos infantiles
* Los dos amigos (1974)
* Teo y la T.V. (1974)
* Las siete puertas (1975)
* ¡Adelante la isla! (1982)

Otras obras
* Páginas de Sara Gallardo (1987)