miércoles, 2 de septiembre de 2009

Los 7 pilares de la sabiduría: T. E. Lawrence

Lieutenant Colonel Thomas Edward Lawrence CB, DSO (16 August 1888[5] – 19 May 1935), known professionally as T. E. Lawrence, was a British military officer renowned especially for his liaison role during the Arab Revolt of 1916–18. His vivid writings, along with the extraordinary breadth and variety of his activities and associations, have made him the object of fascination throughout the world as Lawrence of Arabia, a title popularised by the 1962 film Lawrence of Arabia based on his life.
During the war, Lawrence fought with Arab irregular troops under the command of Emir Faisal, a son of Sherif Hussein of Mecca, in extended guerrilla operations against the armed forces of the Ottoman Empire. He persuaded the Arabs not to make a frontal assault on the Ottoman stronghold in Medina but allowed the Turkish army to tie up troops in the city garrison. The Arabs were then free to direct most of their attention to the Turks' weak point, the Hejaz railway that supplied the garrison. This vastly expanded the battlefield and tied up even more Ottoman troops, who were then forced to protect the railway and repair the constant damage.

http://www.jordanjubilee.com/history/lawrence.htmLos siete pilares de la sabiduría es el último libro de Thomas Edward Lawrence, donde relata su experiencia militar y humana durante la guerra de británicos, franceses y árabes contra turcos y alemanes, durante la Primera Guerra Mundial.
Al estallar la Primera Guerra Mundial, el sultán otomano Mehmed V, en su calidad de califa o cabeza del Islam, llama a sus súbditos musulmanes al yihad contra los aliados (Francia, Gran Bretaña y Rusia). Este intento, habitual por otra parte, de manipular los sentimientos religiosos de los musulmanes en favor de los intereses de las Potencias Centrales encontró resistencia en muchos árabes, que, por el contrario, vieron en el estallido del conflicto mundial una oportunidad de deshacerse de la tutela otomana.
El jerife Husayn (o Husein) de La Meca, guardián de los santos lugares del Islam y figura de prestigio, padre de dos representantes árabes en las instituciones de Estambul —Abd Allah, vicepresidente del parlamento, y Faysal, diputado por Jedda—, había sido ya tanteado por Gran Bretaña a través de su hijo Abdallah como posible aliado contra los otomanos en caso de guerra. Y así, al estallar el conflicto, Kitchener intentó provocar el levantamiento de las tropas del jerife con un mensaje enviado a través del alto comisario británico en El Cairo en el que se decía que «si la nación árabe se coloca a su lado en esta guerra, Inglaterra [...] dará a los árabes toda la ayuda necesaria contra una agresión extranjera». Era la opotunidad, para el jerife y los nacionalistas árabes, de crear un Estado propio, liberado de la tutela otomana y con el beneplácito aliado, que agrupara a los árabes del imperio.

Sin embargo, los sucesivos tratados de San Remo y Sèvres (1920) hacen de respaldo legal de los intereses colonialistas y establecen a pesar de todo el reparto definitivo de la región entre las dos grandes potencias, reparto que será sellado por una resolución de la Sociedad de Naciones aprobando el texto de los mandatos en 1922. Ochenta mil soldados franceses desplegados en Siria forzarán a Faysal a exiliarse, estableciéndose el mandato francés sobre el país y la que fuera una región del mismo, el Líbano, ahora segregado (de hecho Francia fragmentará aún más el territorio sirio en Estados independientes y regiones autónomas, aunque más tarde se vea forzada a deshacer las divisiones). En la zona británica, las vilayets (provincias) otomanas de Mosul, Bagdad y Basora se unen para formar una entidad nueva llamada Iraq, bajo mandato británico, en cuyo trono se coloca al príncipe Faysal. Bajo mandato británico queda también Palestina, que se comunicará con Iraq a través de un pasillo en el desierto al que llamarán Transjordania (más adelante Jordania) poniendo al príncipe Abd Allah como rey. Se conforma de este modo en gran medida lo que será el mapa de Oriente Medio en las décadas siguientes. En la actualidad, los hachemíes descendientes del emir Abd Allah siguen gobernando en Jordania, país que a pesar de haber sido creado de la nada ha mostrado una sorprendente estabilidad. Es la monarquía jordana quizá la institución que más se reclama como heredera de la rebelión árabe.

Cuando en 1916 estalló la Rebelión Árabe, el ferrocarril, por su papel en el transporte de tropas, sufrió varios ataques guerrilleros que dejaron la vía muy dañada, particularmente en la región del Hiyaz. El tráfico en ese tramo, es decir, al sur de la actual frontera entre Arabia Saudí y Jordania, no volvió a abrirse y hasta hoy en día los trenes y vías destruidas por la guerrilla de Lawrence de Arabia y otros elementos del ferrocarril son una atracción turística en el reino saudí.






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