viernes, 25 de septiembre de 2009

Teresa y Lydia

Ana Teresa Parra Sanojo (n. París, 5 de octubre de 1889 - m. Madrid, 23 de abril de 1936), escritora venezolana más conocida como Teresa de la Parra. Considerada una de las mujeres y escritoras más destacadas de su época. A pesar de que gran parte de su vida transcurrió en el extranjero, supo expresar en su obra literaria el ambiente íntimo y familiar de la Venezuela de ese entonces. Incursionó en el mundo de las letras de la mano del periodismo y escribió dos novelas que la inmortalizaron en toda América: Ifigenia y Memorias de Mamá Blanca. Su novela más conocida Ifigenia, planteó por primera vez en el país el drama de la mujer frente a una sociedad que no le permitía tener voz propia.

Ifigenia

Ifigenia fue la primera gran novela venezolana que marca la madurez del género en las letras del país; fue escrita al terminar la Primera Guerra Mundial. Publicada en 1924, escrita en forma de diario personal, fue la primera novela escrita bajo el seudónimo de Teresa de la Parra. Refleja la inconformidad de una joven que no tiene voz propia ni posibilidad de elegir su destino en un mundo que, segúderado, en el que la mujer debe conquistar su puesto en el mundo no a través de una "revolución", sino de una "evolución" que le permita crecer como ser humano. Tal pensamiento refleja, definitivamente, su propio desempeño vital, y se adelanta como práctica de vida a circunstancias que no serán cotidianas en el mundo sino un siglo más tarde. La novela, además de un difícil e interesante tema para la época, muestra muchas de las costumbres venezolanas, especialmente, las de la vida de Caracas. Su personaje de la obra, María Eugenia Alonso, escribe en su diario: “El pensar y tener iniciativa no está bien visto en una señorita decente”,y ella ve cómo ser una mujer inteligente es prácticamente un pecado, cuando toda la sociedad pesa en su contra y le pide que se calle, que se case, que se someta. En 1986 el director de cine Iván Feo, lleva la novela "Ifigenia" a las pantallas de cine.

Las memorias de Mamá Blanca

Es su segunda novela, publicada en 1929, considerada un clásico de la literatura hispanoamericana, constituye la primera gran novela de evocación de la literatura venezolana. Fue escrita en Europa durante una autoreclusión en Vevey, Suiza, que Teresa de la Parra se impuso para terminar la obra. En ella aborda el tema de la memoria, de la saga familiar, ilustra el ambiente de su niñez, mostrando personajes y costumbres de la época. La exploración de la intimidad de la familia de Mamá Blanca es, además reflejo de la intimidad misma del venezolano, tema que siempre le fascinó. La novela relata momentos importantes de su infancia, en especial sobre la relación con su familia. Se desarrolla en la hacienda de su padre en la que existía un trapiche para fabricar papelón. Son éstas las memorias de una jovial anciana que cuenta sus travesuras infantiles. Teresa de la Parra conoció casualmente a esa anciana, con la que no estaba ligada por ningún lazo de parentesco pero sí por misteriosas afinidades espirituales. A lo largo de sus páginas, los ojos de Blanca Nieves van describiendo personajes emblemáticos de un país que experimentaba un profundo proceso de transformaciones políticas, sociales, culturales y económicas. Entre los personajes están Evelyn, la estricta mulata traída de Trinidad, el Primo Juancho, el ilustrado europeísta y Vicente Cochocho, peón de hacienda, quien se expresaba con palabras propias del siglo XVI. En "Las memorias se revela una autora más madura que en Ifigenia, con un refinamiento de su proverbial ironía y más agudo sentido de observación y sobriedad. n su definición, es "un banquete de hombres solo". El texto abre el camino hacia una nueva valorización de la mujer. En clave literaria, es manifestación de lo que la misma autora define como un feminismo.

Lydia Cabrera (20 de mayo de 1899, La Habana - 19 de septiembre de 1991, Miami) fue una excelente portavoz de la cultura afrocubana, se convierte en una fiel rescatadora de todas las creencias y prácticas religiosas presentes en Cuba.
En su infancia no pudo ir a la escuela por problemas de enfermedad y en la casa es educada libremente por tutores. El bachillerato también transcurre en su hogar y posteriormente toma cursos de postgrado.
En 1927 viaja a París, estudia en l'École du Louvre en la que se gradúa tres años más tarde. Lydia comienza a investigar para sus escritos en 1928 y después de dos meses en Cuba regresa a París, y comienza a escribir cuentos negros, que aparecen publicados en Cahiers du Sud, Revue de Paris, y Les Nouvelles Littéraires. Estos son traducidos al francés, y la editoral Gallimard los publica en París, en 1936, bajo el nombre de Contes nègres de Cuba. En 1940, se publica a primera edición en español de Cuentos negros de Cuba.

Por su dedicación a su trabajo se ganó la confianza de los afrocubanos, lo que le permitió en 1950 recorrer todo el país y recopilar mucha información sobre rituales y mitos que eran conocidos por pocos, pues eran guardados como un gran tesoro por los ancianos negros. Todo esto contribuyó a lograr obras extraordinarios patrimonios de la literatura. Su libro "El Monte" es considerado por muchos una obra maestra, una especie de Biblia de las religiones afrocubanas, en el cual según su propia autora su mérito radica en que son los mismos negros de cuba los que hacen este libro, sin mediar el filtro cientificista que pudo haber puesto la autora, es un libro desde los mismos negros, quizás en ello radique su importancia, la estructura a decir verdad es un poco regada, pero sin dudas es un viaje por las costumbres más arraigadas del pueblo cubano.
Sus relatos abordan diversos temas: el origen del universo africano, animales personificados, los dioses africanos, los animales y las plantas, su destino y quehacer en la vida.
Lydia Cabrera muere el 19 de septiembre de 1991, a los noventa y dos años de edad.

"Yo quiero que tú salgas por fin con esa traducción de los Cuentos al español. Es una villanía quedarse con ese libro sólo en Francés ¿oyes? El prólogo mío que creo te ofrecí está seguro... No vas a quedarte a lo niña regalona sin publicar más libro que ése, el trabajo aísla del horrible mundo que estamos viviendo y sólo él salva en semejante infierno de humo sin llama, trabaja pues, que otra cosa será muy fea en ti que no tienes cosas feas" (Gabriela Mistral)

http://www.archivocubano.org/monte_03.html
http://www.cubanet.org/CNews/y09/marzo09/26_C_1.html


La escritora en la sociedad latinoamericana.
Escrito por Luisa Ballesteros Rosas

1 comentario: